sábado, 11 de julio de 2009

LLULL Y LA ORTODOXIA ROMANA

A la muerte de Ramón Llull, se procedió por parte del obispado de Mallorca, a su beatificación, con la intención de con posterioridad, canonizarlo. Desde las instancias de la curia romana se paralizó el proceso. Poco después, en la segunda mitad del S.XIV, el inquisidor de Aragón, Nicolau Eimerich comenzó la persecución de los Lulistas, y empezó a colocar en el índice de obras heréticas, algunas de las obras de Llull. En Aquellos momentos los Lulistas eran considerados alquimistas.

Muchos eruditos católicos, en especial desde finales del S.XIX hasta hoy, han trabajado para defender la ortodoxia de Ramón, ante el Vaticano y algunos han intentado la continuación del proceso de canonización. Esto ha llevado a, entre otras consecuencias, la descatalogación de todos sus escritos alquímicos –en el S XIX se le atribuían mas de doscientos volúmenes-.



Sea como sea, en estos días del XXI, nadie discute la ortodoxia del personaje, entre otras cosas, en mi opinión porque nadie estudia su obra con un espíritu libre de prejuicios religiosos.

Solo tres ejemplos:

De su obra “El llibre de les Meravelles”Leemos

Félix preguntó al filósofo si alquimia es un arte por el que se pueda hacer transmutación de un metal en otro. El filósofo respondió y dijo, que en la transmutación de un elemento en otro, es necesaria transmutación sustancial y accidental; esto es a saber, que la forma y la materia se transmuden, con todos sus accidentes, en una sustancia nueva, compuesta de nuevas formas y materias y accidentes.
Y esta obra, queridos amigos- dijo el filósofo a Félix- no se puede hacer artificialmente, puesto que la Naturaleza necesita la totalidad de sus poderes.

Este párrafo, ¿Puede ser mas claro?

Como segundo ejemplo, iremos a otra de sus obras importantes “El Blanquerna”.
En la novela, Blanquerna es nombrado Papa y comienza la reforma de la Iglesia. Nombra a un Cardenal que tenía como misión, encontrar los mejores loadores de Dios, encuentra a dos, uno de ellos es un peregrino que encontró destruyendo un crucifijo (Hombre clavado a una cruz) en una ermita.

Estr ejemplo tampoco necesita comentarios.

En tercer lugar, en la considerada autobiografía, con el título de “Vita Coetanea” hay un pasaje que durante un tiempo no se imprimía ¿porqué? Ahora lo veremos

Pero Ramón, firme en la resolución que previamente había tomado en su interior, es decir, que prefería ser condenado eternamente antes que, por su mala fama, causar la pérdida del Arte que le había sido revelado para el honor de Dios y la salvación de muchos, sintió de nuevo como si la mano de un hombre le volviera a torcer la cara, que aún tenía girada, hasta dejarla recta. En aquella posición, viendo entonces el cuerpo de Cristo en manos del sacerdote, inmediatamente se arrojó de la cama al suelo, besando el pie del propio sacerdote. Y así recibió entonces el cuerpo de Cristo, intentando, bajo tal apariencia de devoción, salvar por lo menos el Arte predicho.

¿Apariencia de devoción? ¡Llull no creía en la eucaristía de la iglesia de Roma!

Con esto hemos acabado por ahora.


Jose M Gosalbez Cortes

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