lunes, 28 de diciembre de 2009

HISTORIA DE LA FRANCMASONERIA Y SU INFLUENCIA EN EL PENSAMIENTO OCCIDENTAL (II PARTE)


Las nuevas ideas, tanto científicas como filosóficas necesitaban ahora ser divulgadas entre la masa, hacía falta una verdadera educación social, para que la reforma fuera real, para que el mundo comenzara a creer en las nuevas ideas científicas y filosóficas. La Ilustración tuvo ese papel, pero nada se hubiera logrado si los sabios ilustrados no hubieran encontrado un lugar donde compartir sus conocimientos y organizar la reforma social, la Logia ofrecía esa posibilidad. Una Hermandad Universal, surgida de Inglaterra y ramificada por toda Europa y América, era, sin lugar a dudas, el lugar más adecuado para la renovación y reconstrucción del mundo, de un nuevo orden social, que superase el feudalismo medieval y el pensamiento escolástico que impregnaba todos los estratos de la sociedad del llamado Antiguo Régimen. Sin embargo, pronto concurrieron a las Logias todo tipo de pensadores, y en el continente, donde la Francmasonería experimentó las más profundas transformaciones, vemos enfrentarse diversas tendencias: por un lado una francmasonería tradicional, católica y jacobita, representada por los grados de la Masonería Capitular Escocesa o de San Andrés y la Orden de la Estricta Observancia; a partir de los años 70, una Masonería revolucionaria y progresista, que en Alemania actuaba a través de la Orden de los Iluminati o Iluminados de Baviera, y una Masonería Esotérica, en la que circulaban ideas herméticas y alquímicas, como la Masonería Científica vienesa de la Logia la Verdadera Concordia o la Masonería del Rito Egipcio del Conde de Cagliostro.

Pero remontémonos al origen. La Francmasonería anterior al año 1717 tiene poca importancia a los efectos que hemos expuesto, a saber, la difusión de las ideas de la Ilustración en Europa, salvo el curioso dato del paso de una Masonería operativa a otra filosófica o especulativa, que ya tuvo lugar en el siglo XVII. Sin embargo, el impresionante despliegue de logias por toda Europa y América, comienza a partir del año 1717. En este año, cuatro Logias londinenses, la Logia de San Pablo nº 1, en la Posada del Ganso, la Logia de la Posada de la Corona nº 2, la Logia de la Posada del Manzano nº 3 y la Logia de la Posada del Romano nº 4, se agrupan para formar la primera Gran Logia, con un Gran Maestro, Jorge Payne, y unos años más tarde, en 1723, se otorgan una Constitución, las famosas Constituciones de Anderson. Se trataba de la primera federación de logias, que crecerá sorprendentemente en pocos años no solo en Inglaterra y Escocia, sino por toda Europa.

Las Logias que recibieron patente de la Gran Logia de Inglaterra, ofrecían la iniciación en los tres grados llamados de San Juan: aprendiz, compañero y maestro. Así fue hasta finales de los años 30 y principios de los 40. Francia, en el año 1737, el Caballero Ramsay da su famoso discurso, en el que justifica la introducción de nuevos grados, los grados de la Francmasonería Capitular de San Andrés, inspirados en la Orden de los Templarios. Ramsay era partidario de la causa de los Estuardo, que habían perdido el trono de Inglaterra y Escocia a principios del siglo XVIII. Los Estuardo eran católicos, y recibieron el apoyo de Roma para su causa. En parte del discurso de Ramsay se habla de la causa de los Estuardo, una causa que es apoyada por la Iglesia católica, frente a la Inglaterra de los Hannover:
“Desde la época de las guerras santas en Palestina, muchos príncipes, señores y ciudadanos se unieron, hicieron voto de restablecer los templos de los cristianos en Tierra santa y, por medio de un juramento, se comprometieron a emplear sus talentos y sus bienes para devolver la arquitectura a su constitución primitiva. Adaptaron de común acuerdo varios antiguos signos, palabras simbólicas tomadas del fondo de la religión, para diferenciarse de los infieles y reconocerse con respecto a los Sarracenos. Estos signos y estas palabras sólo se comunicaban a los que prometían solemnemente, incluso con frecuencia a los pies del altar, no revelarlos nunca. Esta promesa sagrada ya no era entonces un juramento execrable, como se cuenta, sino un vínculo respetable para unir a los hombres de todas las naciones en una misma confraternidad. Tiempo después, nuestra Orden se unió íntimamente con los caballeros de San Juan de Jerusalén. Desde entonces nuestras logias llevaron el nombre de las logias de San Juan en todos los países… Los reyes, los príncipes y los señores, regresando de Palestina a sus países, establecieron diferentes logias. Desde la época de las últimas cruzadas ya se observa la fundación de muchas de ellas en Alemania, Italia, España, Francia y de allí en Escocia, a causa de la íntima alianza que hubo entonces entre estas dos naciones. Jacobo Lord Estuardo de Escocia fue Gran Maestro de una logia que se estableció en Kilwinning en el oeste de Escocia en el año 1286, poco tiempo después de la muerte de Alejandro III rey de Escocia, y un año antes de que Jean Baliol subiera al trono. Este señor escocés inició en su logia a los condes de Gloucester y de Ulster, señores inglés e irlandés.”
El partido de los Estuardo se llamará Jacobita. Ramsay era un jacobita militante, y con su discurso intentó dar un giro a la Francmasonería de San Juan, justificando la introducción de nuevos grados en la Orden. Por otra parte, en el año 1738 el Papa de Roma lanza una bula de excomunión contra todos los francmasones, que llevaba por título “In eminenti apostolatus specula”. Esta bula no afectó en muchos países, donde se cuestionaba el poder papal. Sin embargo, muchos caballeros de la Orden de San Juan de Malta fueron expulsados por pertenecer a la Francmasonería. Estos encontraron refugio en la nueva Masonería Capitular Escocesa o de San Andrés, creada en estos tiempos, que contenía los siguientes nueve grados: aprendiz, compañero, maestro, maestro perfecto o arquitecto irlandés, maestro elegido, aprendiz-compañero, maestro escocés y caballero de Oriente. A estos grados y sus ritos se les denominó la Orden de la Estricta Observancia. Esto tuvo lugar primero en Francia y luego en Alemania. Donde, en el año 1737, el Príncipe Federico, futuro Rey de Prusia con el nombre Federico II el Grande, era iniciado en la Francmasonería.

Pero el siglo XVIII está plagado de personajes enigmáticos, muchos de ellos místicos y espirituales de la época, que encontraron una gran acogida en las Logias. En estas asociaciones o clubes, se encontraban príncipes, señores feudales, con burgueses, comerciantes, filósofos de los que muchos señores feudales eran mecenas, artistas, músicos en su mayoría considerados sirvientes de los señores feudales, con la particularidad que los órdenes sociales se había invertido, una nueva aristocracia que no era de sangre se erigía por un rato en la gobernadora de la Logia, donde el orden social podía verse perfectamente subvertido, un juego en el que se daba un cambio de roles por un rato. Este pasatiempo al que se apuntaban algunos de los aburridos aristócratas, cansados de los rigores de la Corte, costó muy caro a la aristocracia de sangre del Antiguo Régimen.

Algunos de estos personajes fueron, por ejemplo: Joachim Martínez Pasqually o simplemente Martínez de Pasqually, mago y teósofo francés, que en su “El Tratado de la Reintegración de los Seres a sus originales virtudes, poderes y cualidades”, propone la necesidad de reintegración del ser humano caído. Además, fundo en 1754 el Rito místico de los Elús Cohen o Sacerdotes Elegidos del Universo. Orden a la que pertenecieron, otros dos importantes personajes, muy vinculados con la Estricta Observancia: Jean Baptiste Willermoz y Louis Claude de Saint-Martin, este último, padre de la Orden de los Martinistas.

En el año 1776, Adam Weishaupt funda la Orden de los Iluminados de Baviera, en Ingolstadt, bastión bávaro de los Jesuitas, junto con el Barón Adolf von Knigge. En el programa de reforma social de los Iluminati se encuentra la abolición de la monarquía, así como la abolición de la Iglesia. Esta Orden se opone frontalmente a la Orden de la Estricta Observancia, católica y templaria. Esta Masonería progresista y revolucionaria inspirará a los Clubs Jacobinos, los Clubs revolucionarios que dirigieron la Revolución Francesa de 1789, y que se agruparon de manera muy similar a la Francmasonería. Tenemos pues una Francmasonería revolucionaria y jacobina, que aterrorizará a muchas casas reinantes, como la Austríaca, que en el año 1795 prohibirá en todo el Imperio las sociedades secretas.

Todas estas órdenes nacen en el seno de la Francmasonería, son francmasones los que las fundan y quienes las integran, crean sus propias Logias, que finalmente acaban integrándose en la Gran Logia de Francia, o en el Gran Oriente francés. Por cierto, que la polémica entre los grados de la Masonería Escocesa, provocó la formación de un Soberano Consejo de Emperadores de Oriente, que se erigió en el gobernante de la Gran Logia de Francia, lo que terminó por crear una escisión en el seno de la Francmasonería francesa, por lo que se crearon dos Grandes Logias en Francia. Finalmente, se impuso una de ellas, y la mayoría de las Logias de la otra se sometieron a la Gran Logia de Francia, que pasó a denominarse el Gran Oriente.

Por último, tenemos una tendencia, más próxima a los progresistas Iluminati que a la Estricta Observancia, que se preguntará por el secreto de la Francmasonería, que en aquella época de intrigas parecía haberse desdibujado, dado que muchas eran las razones que estimulaban a los francmasones a formar parte de las Logias, pero no muchos comprendían los misterios y secretos que se ocultaban bajo los símbolos tan característicos de la Obra.

En el año 1731, el abate Jean Terrasson publica en Francia, la novela “Sethos, histoire, ou Vie tirée des monumens, anecdotes de l'ancienne Égypte, traduite d'un manuscrit grec.” En esta obra se habla de una orden de sacerdotes egipcios, bajo la tutela de la diosa Isis, que estaba en posesión de una ciencia secreta, y que tenían una “Academia de Menfis”, creada por el Rey Menes, el mítico fundador del Reino de Egipto, esta Academia estaba formada por una Escuela de Medicina fundada por Asclepio, y una Escuela de Filosofía Natural fundada por Mercurio (Hermes Trismegisto). Terrasson era un adepto de las doctrinas paracelsistas, que no olvidemos, estuvieron muy en boga en los siglos XVI y XVII, y que igualmente inspiraron al movimiento Rosacruz.

A finales del siglo XVIII, vemos aparecer al controvertido personaje que se hacía llamar: Conde Alejandro de Cagliostro. Nuestro personaje fue el gran difusor del llamado Rito Egipcio. En al año 1780 lo encontramos en Estrasburgo, bajo la protección del Príncipe-cardenal de Rohan, Gran Limosnero de la Corte de Versalles, que le abrirá las puertas de París. Cagliostro advierte que su llegada a París está condicionada a la sumisión de los Filaletes, importante Logia parisina vinculada a la Orden de la Estricta Observancia y a la destrucción de su importante Biblioteca. Su intención es substituir el Rito de la Estricta Observancia, el rito templario religioso y tradicional por excelencia, por el nuevo Rito Egipcio, mucho más científico. En Estrasburgo construye en los jardines de una familia aristocrática fiel al Cardenal de Rohan, un pequeño edificio, inspirado en las leyendas rosacruces y alquímicas del siglo XVII, para llevar a cabo el proceso de “transfiguración” o metamorfosis, que tenía por objeto otorgar la inmortalidad.

En Viena, durante los años ochenta, había un clima de cierta tolerancia para los Francmasones, lo que permitió un despliegue bastante amplio de la Orden, que inicialmente dependía de la Gran Logia de Alemanía, con sede en Berlín, y donde se practicaban, básicamente, los tres grados de San Juan. Sin embargo, en esta época comienzan a difundirse las revolucionarias doctrinas antimonárquicas y anticlericales de la Orden de los Iluminados de Baviera.

La Logia vienesa La Verdadera Concordia, estaba presidida por Ignaz von Born, un francmasón progresista, cabeza de los Iluminati en Viena, que además estaba muy interesado en los antiguos Misterios egipcios. La personalidad de von Born es muy interesante, estudioso de la metalurgia y la mineralogía, fue el restaurador del Museo Imperial de Historia Natural en Viena. Se atribuye a von Born la utilización de la amalgama con mercurio para la extracción de metales, técnica que explica en una obra publicada en 1786. Conocedor de los minerales y los metales, seguramente tuvo conocimientos de alquimia, pues en aquella época la química moderna todavía no se había establecido como ciencia empírica. En el año 1784 Ignaz von Born publica en el Journal für Freimaurer el artículo “Los Misterios de los egipcios”, alentando la idea de un secreto arcano guardado por la orden sacerdotal de los egipcios, de la cual es heredera la Francmasonería.

Un año más tarde, en 1785, un hermano de la Logia La Verdadera Concordia, Anton Kreil, leyó una plancha titulada: “Sobre la ciencia de los Masones”, también publicada en el Journal für Freimaurer. Kreil se preguntaba sobre la existencia de una Masonería científica, frente a la Masonería religiosa. Planteaba la existencia de un “secreto” escondido entre los símbolos o “jeroglíficos” de los tres grados de San Juan, un secreto que se habría conservado a lo largo de los siglos, y que tendría su origen en los cultos egipcios, de lo que él denomina la orden de sacerdotes egipcios.

Estas especulaciones alquímicas de la Francmasonería científica, respecto a Egipto y sus iniciaciones bajo las pirámides y en cuevas, venían a ser una recreación de la concepción de la Naturaleza de la mentalidad clasicista e ilustrada, que luego inspiraría a los filósofos idealistas de la Naturphilosophie o a los artistas románticos del Sturm und Drang, tras la ruptura con las reglas y cánones excesivamente racionalistas del último clasicismo. La realidad es que la Ilustración hacía suya la idea monista de Spinoza: “Deus sive Natura”, la Naturaleza es una misma y única sustancia divina e infinita. Muchos Ilustrados adoptan esta idea panteísta de la Naturaleza como una Dea Panthea. Isis será la única divinidad, la propia Naturaleza. Para Goethe es una diosa dormida, que nos contiene y en cuyo seno vivimos, sin desvelar su secreto. Diosa polimastia y velada, dadora de bienes, Madre universal. Esta doctrina espinozista entra en clara contradicción con la idea del Dios Intelecto de los Escolásticos medievales, que todavía predicaba la Iglesia.

La Verdadera Concordia, con su venerable Ignaz von Born al frente, realizó un nuevo intento de descubrir el secreto conservado en la Francmasonería, y que la Orden había rescatado de la noche de los tiempos, en particular del antiguo Egipto. Esta línea inspiró a muchos artistas, filósofos y románticas, como fueron Mozart y Schikaneder, autores de la ópera “La flauta mágica”, a Goethe y su teoría sobre la Naturaleza, a algunos idealistas alemanes, que pasaron por la Universidad de Jena, donde se encontraba Karl Leonhard Reinhold, profesor de filosofía y antiguo miembro de la Logia la Verdadera Concordia de Viena, compañero de von Born.


Juan Almirall


CRONOLOGÍA DE LA FRANCMASONERIA EN EL SIGLO XVIII

1710 Brüderschaft des Ordens des Gülden und Rosen-Creutzes o Rosacruces de Oro: fundada por Sincerus Renatus (Samuel Richter).
1717 Fundación en Londres de la Gran Logia de Inglaterra, un grupo de cuatro logias londinenses se federan, nombran al primer Gran Maestro, que será Jorge Payne.
1722 "Imperator Fraternitatis Rosae et Aureae Crucis", Friedrich Stein en Utrecht, Johann Carl von Fridau y Abraham von Brün en Hamburgo, Tobías Schulze en Amsterdam.
1723 El teólogo James Anderson publica las Constituciones de la Francmasonería.
1730 Fundación de la Gran Logia de Dublín.
1731 El abat Jean Terrasson publica la novela “Séthos”. El príncipe y futuro Emperador de Austria, Francisco I es iniciado en la Francmasonería, su esposa, María Teresa no tenía simpatía por la Orden.
1736 Fundación de la Gran Logia de Escocia.
1737 Discursos del caballero Ramsay en París, habla de Ceres de Eleusis y de la Isis egipcia, y de los vínculos de la Orden de los Francmasones con los Caballeros Templarios, en estos discursos se inspiraron los altos grados de la Masonería Escocesa. L.C. Orvius informa sobre una sociedad de Rosacruces que se habría establecido en 1622 en Amsterdam. Sus estatutos coinciden con aquellos de Sincerus Renatus.
1738 El príncipe prusiano Federico, futuro Federico II el Grande, es iniciado en la Francmasonería. El papa Clemente XII lanza su bula de excomunión a los francmasones: In eminenti apostolatus specula. Muchos caballeros de la Orden de San Juan de Malta son expulsados, en Francia se difundirán los nuevos grados de la Masonería Capitular Templaria, a la que accederán los caballeros católicos expulsados. Revisión de los estatutos de la Orden de des Gülden und Rosen-Creutzes. I.W.R.:Testamento de la Fratres Aureae vel Rosae del año 1580.
1740 Federico es coronado Rey de Prusia, y dirige una Logia en su palacio de Charlottensbourg, y funda la Logia de los Tres Globos de Berlín, que se convertirá en la Gran Logia madre de Alemania.
1744 La Logia de los Tres Globos de Berlín comienza a introducir cambios para adaptar los ritos a los nuevos altos grados. Hasta entonces, las logias solo contaban con los tres grados de San Juan: aprendiz, compañero y maestro.
1745 Francisco I de Habsburg es coronado Emperador, protegió a la Francmasonería y se interesó por la Alquimia.
1747 Sociedad de la Cruz de Oro y Rosas y herederos del Caballero del Toison de Oro, Hermann Fictuld.
1753 Jean Baptiste Willermoz entra en la Logia de la Perfecta Amistad, los Filaletes.
1754 Formación del Capitulo de Clermont de altos grados escoceses, basados en la caballería templaria. Martinez de Pasqually crea la Orden de los Elus Cohen, a la que pertenecieron Jean Baptiste Willermoz y Luis Claude de Saint-Martin (1765).
1755 Se forma la Gran Logia de Francia, la antigua Gran Logia, llamada simplemente así, adopta su nuevo nombre y un nuevo código.
1756 Se forma el primer Capítulo regular de altos grados, que toma el nombre Capítulo de Caballeros de Oriente, formado por los príncipes soberanos de la Orden, en Francia.
1757 Refundación de la Orden de la Cruz de Oro y Rosas, Hermann Fictuld, Praga, Ratisbona, Francfort.
1758 Se forma un nuevo Consejo de los Emperadores de Oriente y Occidente de la Gran Logia de Francia. Se crean los grados del Arca Real en Inglaterra y de la Rosacruz en Francia.
1763 Tabella pro concordia Fratrum Roseae et Aureae Crucis. Supresión y prohibición del movimiento de los Rosacruces en Praga.
1765 Muere el Emperador José I de Austria y le sucede su esposa María Teresa, la Francmasonería actuará en la clandestinidad.
1767 Se crea una segunda Gran Logia de Francia. Sistema Clerical de la Orden del Templo: Joh. August Starck.
1772 Muere en Londres Emanuel Swedenborg.
1773 La Gran Logia de Francia pasa a llamarse el Gran Oriente de Francia y comienza la guerra contra la antigua Gran Logia de Francia, que declara al Gran Oriente ilegal. La Logia de los Amigos reunidos introduce el Rito de los Filaletes o buscadores de la Verdad.
1775 Comienza la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América, con George Washington, francmasón, a la cabeza. El Gran Oriente de Francia incorpora a la Orden de la Estricta Observancia.
1776 Adam Weishaupt (1748-1830) funda la Orden de los Iluminados de Baviera, en Ingolstadt, bastión bávaro de los Jesuitas, junto con el Barón Adolf von Knigge (1752-1796).
1777 Revisión de la Orden de los Hermanos de la Rosacruz de Oro. Capítulos provinciales de la Estricta Observancia. Rosacruces de la Cruz de Oro y Rosas en Polonia: L. de Toux de Salverte, August Moszynski.
1778 Mesmer se instala en París, hasta el año 1785. Se constituye un Capítulo de Rosacruces en la Logia de la Sinceridad de los Corazones de Montpellier. Voltaire es introducido por Franklin en la Logia de las 9 Hermanas de París. Rosacruces en Rusia: Nicolaj Novikov, A.M. Kutuzov, I.V. Lopuchin. Martinistas Rusos.
1780 Cagliostro con el Príncipe Cardenal de Rohan en Estrasburgo, Gran Limosnero de la Corte de Versalles
1781 Se publica la “Crítica de la Razón Pura” de Kant. Federico Guillermo de Prusia (futuro rey de Prusia tras la muerte de Federico el Grande, su hermano), entra en la Orden de la Rosacruz de Wöllner.
1782 Cagliostro funda en Londres la Logia “la Sabiduría Triunfante”, Logia madre del Rito Egipcio. Johann Christoff Wöllner, Johann Rudolph von Bischoffwerder y Federico Guillermo de Prusia dirigen la Orden Rosacruz prusiana. Hans Henri von Ecker funda La Orden de los Hermanos Asiáticos o de los Hermanos de San Juan Evangelista de Asia.
1783 Tratado de Versalles, reconoce la independencia de los Estados Unidos. Jean Cladude de Saint Martin escribe la obra “Errores y Verdades” para la Logia de los Amigos reunidos de París, formaba parte de los Filósofos desconocidos dentro del Rito de los Filaletes, era discípulo de Martinez de Pascalli y admirador de Jacob Boehme, introduce un Rito de diez grados en la Estricta Observancia, lo que más tarde se denominó Martinismo. Misiva a la muy iluminada Fraternidad de la Orden de la Cruz de Oro y Rosas. Lux in Cruce: primera bibliografía extensa de los Rosacruces.
1784 Mozart entra en la Logia La Beneficencia (Zur Wohltätigkeit). I. von Born, Gran Maestro de la Logia la Verdadera Concordia de Viena, publica en el Journal für Freimaurer el artículo “Los Misterios de los egipcios”. El Conde de Cagliostro difunde el Rito de la Masonería Egipcia en Francia. Se suprime la Orden de los Iluminati de Baviera.
1785 El Emperador José II de Austria obliga a reducir las logias masónicas a tres en cada ciudad del Imperio. En Viene quedarán la Logia “La Verdad” (que incluía en su seno a la Logia “La verdadera Concordia” donde había sido Venerable Ignaz von Born y contaba con el joven filósofo iluminado Carl Leonhard Reinhold) y “La nueva Esperanza coronada”, que incluía la Logia “La Beneficencia” de Mozart. En este año Anton Kreil, filósofo y filólogo de lenguas antiguas dio varias conferencias: “Sobre la masonería científica”, sobre los pitagóricos, neoplatónicos y los Misterios de Eleusis. En enero Cagliostro se instala en París. En agosto tiene lugar el escándalo del collar de perlas de la Reina María Antonieta, que salpica al Cardenal de Rohan y al Conde de Cagliostro. Mesmer abandona París tras la crítica científica a su teoría del magnetismo animal. Primera edición de las Figuras Secretas de los Rosacruces de los siglos XVI y XVII, en Hamburgo.
1786 Muere Federico II de Prusia y le sucede su hermano Federico Guillermo II, rey rosicruciano, influenciado por el místico y fanático rosacruz Wöllner.
1787 Cagliostro es expulsado de Francia.
1788 El caballero Luis de Aquino funda el Rito de Misraim, en Nápoles. Se publica la “Crítica de la Razón Práctica” de Kant. Karl von Eckartshausen forma su círculo místico y alquímico.
1789 Reunión de los Estados Generales en Versalles. Creación del Club de los Jacobinos en París. El 14 de julio toma de la Bastilla.
1790 Se estrena la ópera de Schikaneder “La piedra de los filósofos”, inspirada en los relatos de Wieland, se publica en la colección “Dshinnstan” de Wieland el cuento de A.J. Liebeskind: “Lulú o la flauta mágica”. Se publica la “Crítica del Juicio” de Kant y “La metamorfosis de las plantas” de Goethe. Proceso contra Cagliostro en Roma.
1791 Mozart escribe “La flauta mágica” y el “Requiem en re menor” entre otras. El 30 de septiembre se estrena en Viena “La flauta mágica” con Mozart como director. El 5 de diciembre muere Mozart en Viena.
1793 Decapitación de Luis XVI y María Antonienta. Comienzo del Reinado del Terror, con Robespierre, que dura hasta su decapitación en 1794.
1794 Societies Rosae Crucis en la Isla Mauricio, el Dr. Sigismund Bacstrom es admitido en la Orden por el Conde de Chazal.
1795 Se prohíben las sociedades secretas en el Imperio Austríaco. Cagliostro muere en el Castillo de Urbino.
1797 Muere el Rey de Prusia Federico Guillermo II, ardiente Rosacruz.
1798 Inicio de la campaña de Napoleón a Egipto.
1799 Napoleón Bonaparte en el poder.

HISTORIA DE LA FRANCMASONERIA Y SU INFLUENCIA EN EL PENSAMIENTO OCCIDENTAL (PARTE I)

En los próximos artículos nos gustaría intentar dar respuesta a la pregunta siguiente: ¿Cómo es posible que de la cosmovisión del siglo XVII, todavía muy influenciada por el pensamiento mágico del Renacimiento, la humanidad pasara a la cosmovisión realista y materialista del siglo XIX? Sin duda, esta pregunta tiene muchas posibles respuestas. Pero nosotros queremos intentar introducir un elemento más al debate, que a menudo pasa desapercibido, dado que es un elemento extraño, no suficientemente estudiado, porque presenta evidentes dificultades. Este elemento no es otra cosa que la Francmasonería del Siglo de las Luces, y su influencia en la Ilustración.

Nos parece que una propuesta de dar respuesta a nuestra pregunta que no contemple este fenómeno histórico, sus motivos e intenciones, siempre será una respuesta incompleta. Dado que, el siglo XVIII es el siglo de la Francmasonería, es el siglo donde esta institución jugará un papel decisivo en la historia de la humanidad, y si bien, siguió teniendo una gran influencia en siglos posteriores, en nuestra opinión, la importancia que tuvo la Hermandad de Francmasones, como un canal de difusión de nuevas ideas, no es comparable, con el rol que jugó en los siglos siguientes. Pues en el siglo XVIII las grandes ideas que desplazaron el pensamiento de la humanidad, desde las doctrinas medievales escolásticas hacia una revolución científica y social, que determina el mundo moderno, todas ellas, circularon por las logias de la Hermandad.

El siglo XVII es el siglo de los grandes filósofos y científicos que trabajan de forma individual. Descartes, Leibniz, Hume, y sobre todo Spinoza en el campo de la ciencia: Kepler, Galileo, Newton. El paradigma cosmológico ha cambiado, el mundo ya no es como lo concebían los medievales, la revolución científica está en marcha. Muchos príncipes ilustrados alemanes invitan a sus cortes a los filósofos y científicos copernicanos. El sol está en el centro del Universo, aunque esta es una idea de los sabios y eruditos europeos, todavía no ha sido asumida por la mayoría. Esta será la tarea de la Ilustración.

A principios del siglo XVII, concretamente en el año 1614, se publica en Alemania, en la imprenta del Landgrave de Kassel-Hesse, un príncipe protestante, una obra singular: la Fama Fraternitatis de la Orden Rosacruz. En esta obra los sabios de una Orden legendaria hacen una llamada a todos los científicos y filósofos de Europa, para unirse, agrupándose en una sociedad universal y compartir sus conocimientos. Esta será una invitación que no dejará indiferente a ningún filósofo europeo. Cuatrocientas respuestas dieron los eruditos de toda Europa a la Fama de los Rosacruces, unas positivas y otras negativas. Europa estaba dividida.

Cuatro años más tarde, en 1618, comienza la Guerra de los Treinta Años, que enfrenta a la muy católica Casa Imperial de los Habsburgo contra los Estados alemanes reformados, que además habían sido más receptivos a la llamada de la Orden Rosacruz. El Palatinado del Rin, con su magnífica capital Heidelberg, Kassel-Hesse, Württemberg. Sin embargo, no encontramos realmente en todo el siglo XVII testimonio de ninguna Sociedad u Orden Rosacruz, que así se denominara. Lo que sí que se dieron fueron algunos círculos de filósofos y científicos, que se unieron bajo la forma de sociedades, bien místico-cristianas, como la Sociedad Macaria de Comenius y Hartlib, bien de científicos, como el Invissible College de Robert Boyle y otros, que pasaría a ser la Royal Society, todas ellas respondiendo a la llamada de los Rosacruces.

En Inglaterra y Escocia, donde la Guerra de los Treinta Años no había penetrado, los científicos inspirados por la Fama encontraron un lugar pacífico y adecuado para asociarse, y algunos de ellos entraron a formar parte de las antiguas cofradías de constructores de catedrales, en aquel momento poco “operativas”, pero que seguían conservando ciertos ritos de iniciación y símbolos corporativos, en lo que se llamaban las Logias. Existen pocos testimonios de ello, pero tal vez el más importante sea el caso de Elias Ashmole, político, anticuario y alquimista británico, que testimonia en su diario la pertenencia a una Logia de Warrington en el Condado de Lancashire. Ashmole también había publicado una respuesta a la noble Orden de la Rosacruz, en la que pedía su ingreso.

A grandes rasgos, las ideas que se propagaban en esta época, eran básicamente las siguientes: la negación cartesiana de la existencia de fuerzas invisibles en la Naturaleza, idea demoledora para el pensamiento mágico del Renacimiento, la cosmología heliocentrista de Copérnico, reelaborada por Kepler y Galileo, el paradigma matemático de una ley física universal formulada matemáticamente, las ideas infinitistas de Giordano Bruno recogidas por Spinoza, y su doctrina monista de una única sustancia: la Naturaleza con atributos divinos, y la necesidad de formar sociedades científicas, y comunidades reformistas de todos los ámbitos sociales, en el campo de la educación con Comenius, y también en lo social. En el campo de la religión la Reforma protestante ya se había producido.

Todas estas ideas son propagadas en el siglo XVII principalmente por individuos, y con el terrible problema de una guerra que está desolando Europa, mermando todo el capital humano. Tras la Guerra de los Treinta Años, a mediados de siglo, Europa renacerá de sus cenizas. Y será gracias a la Ilustración que estas ideas se propagarán, ya no de forma individual, sino por todo el pueblo, gracias a los ideales morales y pedagógicos de los ilustrados del siglo XVIII, educar a la masa será el principal objetivo de estos reformistas en el campo de lo social. Cien años llevará a los ilustrados desmantelar el feudalismo y sus supersticiones, que sumían en la miseria cultural a la gran masa.

En esta tarea de educación de la masa, juega un papel definitivo, tal como veremos, la Hermandad Universal de los Francmasones. Filósofos, científicos, artistas, mentes ilustradas, se darán cita en una Sociedad Universal, y propagarán por sus venas sus ideales de profunda reforma de la sociedad, la cultura y todos los campos del saber.

Juan Almirall

martes, 8 de diciembre de 2009

Comentario: "Jewish Gnosis and Mandean Gnosticism: Some Reflections on the Writing Brontè" de G. Quispel

LES TEXTES DE NAG HAMMADI Colloque du Centre d'Histoire des Religions (Strasbourg, 23-25 octobre 1974), édité par JACQUES-É. MÉNARD, VOL. VII, Leiden, E. J. Brill, 1975, GILLES QUISPEL, “Jewish Gnosis and Mandean Gnosticism: Some Reflections on the Writing Brontè”, pp. 82 – 122.

G. Quispel, el gran estudioso holandés de los textos de Nag Hammadi, dedica este artículo al texto “El trueno, El Noûs perfecto” de la colección de textos de Nag Hammadi (VI, pp. 13 – 21). El nombre “tebrontè” o mejor “nebrontè” del tratado, tal como también se podría leer, coincide con el nombre de la divinidad femenina de la que hablan mandeos y maniqueos. En este texto, Sofía se introduce a sí misma, como el principio y el fin, como la prostituta y la santa. No se trata de un texto cristiano, ni tampoco tipicamente gnóstico. Se trata de un texto judío, del más puro estilo sapiencial, tal como justifica Quispel.

En el texto, la Sabiduría aparece como la esposa del Dios de Israel, y la madre y protectora de los sabios. El estilo de la obra está fuertemente influenciado por la aretalogía de Isis, al igual que el libro de la Sabiduría que forma parte del canon griego del Antiguo Testamento. Esto le permite al autor establecer ciertas semejanzas entre la diosa egipcia Isis y la Sabiduría de los sabios de Isreal, en este caso, los sabios pertenecientes a la Diáspora de Alejandría. En estas obras alejandrinas la Sabiduría aparece como una hipóstasis, que unas veces juega ante su Señor (Prov. 8: 22 – 31), o que dispone de una casa con siete columnas (Prov. 9: 1). Esta hipóstasis de la Sabiduría la vincula con la divinidad femenina de los mandeos: Rûhâ dQudsa, y le permite reconstruir una tradición judía, rechazada por los talmudistas, en la que Dios tenía su esposa: Sofía, tal como testimonia Filón de Alejandría. Existía en Samaría un culto a la esposa divina de Dios, Anat Jahu, también documentado en Egipto. El nombre que los griegos daban a Jahu era el de Iao, nombre citado a menudo en textos gnósticos y papiros de magia.
Una cuestión que preocupa al autor sobre manera es la relativa a la prostitución de Sofía, de la cual solo se pueden encontrar antecedentes en las diosas sirias y caldeas, Ishtar y Astarté, así como en los mitos sincréticos helenísticos, que identificaban a Sofía con Helena de Troya. Esto acerca a la Sofía judía al concepto gnóstico de Sofía, el eón caído, que tan bien se representaba en la gnosis pre-cristiana de Simón el Mago.
Este artículo nos introduce en los antecedentes que permitieron la construcción del mito en torno a la hipóstasis gnóstica de Sofía, un eón caído, por culpa de su deseo de procreación al margen del orden al que pertenecía, en definitiva, como una prostituta divina, de la cual se encuentran algunos antecedentes en las antiguas religiones de Oriente medio. Pero tal vez lo más inquietante del tema sean esos extraños vínculos sincréticos entre la Sabiduría de ciertas corrientes judías, la Isis greco-egipcia y el eón Sofía de los gnósticos, cuyo lugar de encuentro es sin duda Alejandría.

Juan Almirall

domingo, 6 de diciembre de 2009

PABLO: ENTRE LA SABIDURÍA Y LA GNOSIS

"Hablamos, sin embargo, de sabiduría entre los perfectos (teleíois), sabiduría que no es de éste Eón (toû aiônos), ni de los Arcontes de este Eón (tôn arjóntôn toû aiônos), llamados a la desaparición; sino que hablamos de la sabiduría de Dios (theoû sofían) en misterio (en mystêríô), la escondida, que predestinó (proôrisen) Dios antes de los Eones (prò tôn aiônôn) para nuestra gloria, que ninguno de los Arcontes de este Eón (tôn arjóntôn toû aiônos) conoció (égnôken);", este fragmento no procede de ningún códice de Nag Hammadi, como se podría pensar, sino que es una traducción literal del griego de la primera Epístola de Pablo a los Corintios (1 Cor. 2: 6-8). Sorprendente ¿no es cierto? El lenguaje del Apóstol es completamente gnóstico. El problema, sin duda, son las traducciones. Examinemos por ejemplo la popular versión de Nacar y Colunga: "Hablamos, sin embargo, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este siglo, ni de los principios de este siglo, abocados a la destrucción, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria; que no conoció ninguno de los príncipes de este siglo;" Esta claro, que en las versiones del Nuevo Testamento al uso, el lenguaje, completamente gnóstico de Pablo, queda totalmente enmascarado. ¿Porqué en las traducciones de los textos de Nag Hammadi se conservan las palabras griegas como Eones y Arcontes, y en las versiones más populares del Nuevo Testamento se traducen de forma tan arbitraria y traicionera?


Nuestra intención en este artículo no es dar respuesta a dicha pregunta, sobre el particular que cada cual saque sus propias conclusiones, aunque nosotros recomendamos que junto al Nuevo Testamento que Uds. acostubren a leer, como la versión de Nacar y Colunga (que es estupenda, sin duda), utilicen el Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español de Francisco Lacueva, de la Editorial Evangélica Clie. Con seguridad, su lectura del Nuevo Testamento cambiará de forma asombrosa, como nos ha pasado a nosotros, repasando en la obra de Lacueva, las Epístolas del Apóstol Pablo.

La intención de este artículo es mostrar como el Apóstol de los gentiles se encuentra en el centro de dos importantes tradiciones: la tradición sapiencial, obviamente del judaísmo, y la tradición gnóstico cristiana valentiniana.

Existe una gnosis pre cristiana, y esto lo reconocen todos los especialistas, comenzando por el Dr. Josep Montserrat. Lo que no nos aclaran demasiado es de dónde procede esta gnosis pre cristiana. Fue el Dr. Quispel quien, en un artículo sobre el tratado "tebronte" de la Biblioteca de Nag Hammadi, ya advertía los grandes parecidos que se encontraban entre las obras sapienciales alejandrinas y las aretalogías de Isis. El tratado citado es una de esas obras gnósticas que puede considerarse más judía que cristiana. Su protagonista es la Sabiduría: "yo soy la primera y la última, la honorable y la despreciable, la prostituta la respetable, la esposa y la virgen, la madre y la hija, los miembros de mi madre, la estéril y la que tiene muchos hijos..." Esta obra se expresa en la línea de las últimas manifestaciones de la tradición sapiencial judía, como son: el libro de la Sabiduría y el Libro de la Sabiduría de Jesús ben Sirac (Eclesiástico), ambas obras escritas en griego, durante el siglo I a.C., en Alejandría. En estas obras, la Sabiduría aparece totalmente personificada, como el Eón Sofía de los gnósticos, y se dice de ella: "Proclama su buen nacimiento al convivir con Dios, y el que es dueño de todo la amó. Pues está iniciada en la ciencia de Dios" (Sab. 8: 3-4).

La Sabiduría incluso aparece como Espíritu de Dios, siempre con carácter femenino, como compañera, esposa y amante de Dios, conocedora e iniciadora en sus misterios. Y sobre todo reveladora de la verdadera Gnosis: "fue quien me dio la Gnosis auténtica de los seres para saber la trabazón del mundo y la actividad de los elementos; el comienzo, el final y el medio de los tiempos, las alteraciones de los solsticios y los cambios de estación, los ciclos del año las posiciones de los astros, la naturaleza de los animales y la bravura de las fieras, la violencia de los espíritus y los razonamientos de los hombres, las variedades de plantas y las virtualidades de las raíces; todo lo que existe, oculto o manifiesto lo conocí" (Sab. 7: 17-21). Los Sabios de Israel conocían ya una Gnosis, una Gnosis a la que llamaban Sabiduría, y que era revelada por el Espíritu Divino.

A esto mismo se refiere Pablo en sus epístolas; Pablo escribe dentro de la tradición sapiencial de Israel, que él, como fariseo que era, conocía perfectamente. Los Fariseos formaban una Escuela de pensamiento rabínica. Muchos de sus miembros eran considerados Sabios de Israel. Los Fariseos eran Rabinos, Maestros de Sabiduría e Interpretes de la Ley. Y Pablo, si bien, no parece haberse confirmado, tal vez por edad, como Rabino o Maestro Fariseo, sí que es cierto, que se presentaba en las Sinagogas de la Diáspora y ante el Sanedrín como Fariseo convencido: "Hermanos, yo soy fariseo e hijo de fariseos. Por la esperanza en la resurrección de los muertos soy ahora juzgado" (Hech. 23: 6). La Escuela Farisea, que contaba con importantes miembros en el alto tribunal del Sanedrín, en el siglo I de nuestra era, creía en la resurrección de los muertos y la vida más allá, de hecho, el Cristianismo, sólo podía darse en el contexto de la filosofía de los Maestros Fariseos, muchos de los cuales eran considerados Sabios, es decir, detentadores de una Gnosis. Esta Gnosis permitía conocer cosas como la naturaleza, los movimientos de los astros, los animales y las plantas, etc. La diferencia entre los Sabios de Israel, a los que seguirán los Gnósticos valentinianos, respecto de los Filósofos Peripatéticos de Alejandría, es que, mientras éstos últimos extraían su Gnosis de la "contemplación" de la Naturaleza, como había enseñado en su obra el gran Aristóteles, los Sabios de Israel, en Alejandría, alcanzaban el mismo conocimiento pero por medio de la "Revelación" directa del Espíritu de Sabiduría, procedente de Dios, el Creador del Cosmos.

En Pablo no hay una idea clara de Trinidad, está por un lado Dios Padre, y el Hijo, que es también Espíritu, cuando se revela a las Iglesias (Ekklêsía que quiere decir simplemente Asamblea), y deja descender su Gnosis entre los Cristianos, y así "a uno le es dada por el Espíritu la palabra de Sabiduría (lógos sofías), a otro palabra de conocimiento (lógos gnôseôs) conforme al mismo Espíritu, a otro fe (pístis) en el mismo Espíritu, y a otro carismas de santidad (jarísmata iamátôn) en un sólo Espíritu; a otro de actividades de poder (energêmata dynámeôn); a otro, profecía (profêteía)..." En definitiva, Pablo enuncia todas las facultades del Sabio de Israel: Sabiduría, Gnosis, Fe, Santidad, Poder, Profecía... Las cualidades que confiere el Espíritu de Sabiduría que buscaban los Sabios de Israel, tal como testimonian el Libro de la Sabiduría y el Ben Sirac.

Esta tradición sapiencial, que encierra el origen de la Gnosis revelada por el Espíritu de la que hablan, sobre todo los Libros de Sabiduría judíos y Pablo en sus epístolas, es la misma que se difunde en las comunidades gnósticas fundadas por Valentín. Los Gnósticos Valentinianos también aspiran a una Gnosis, esperan la revelación del Espíritu de Sabiduría, y por ello, los que lo recibían, se consideraban "pneumáticos", es decir, iniciados en los Misterios de la Gnosis, la Gnosis de los Espirituales que tiene su origen igualmente en Pablo, en la Epístola a los Romanos. Es en Roma donde, curiosamente, enseñó Valentín, y más tarde Plotino, el fundador de la Escuela Neoplatónica, que mantuvo una fuerte polémica con los gnósticos valentinianos, entre los que se contaban algunos alumnos suyos, por lo que éstos debieron ser en la ciudad eterna, tanto o más numerosos que los cristianos más ortodoxos.

Por tanto, podemos decir, en conclusión, que el Gnosticismo Valentiniano y en general todas las Escuelas Gnósticas que proliferaron en el siglo II de nuestra era, no eran nada extraño, como los pintan los heresiólogos y teólogos cristianos contemporáneos a aquellos. Sino que se trataba de una cristianización de la tradición sapiencial judía, en su versión más helenizada e influenciada por la cultura alejandrina, fascinada sobre todo por el descubrimiento de la Naturaleza, bien fuera por la observación directa de los fenómenos, bien fuera por la invocación del Espíritu procedente del Creador del Cosmos, cuyo conocimiento todos estaban de acuerdo en denominar: Gnosis.



Juan Almirall