martes, 8 de diciembre de 2009

Comentario: "Jewish Gnosis and Mandean Gnosticism: Some Reflections on the Writing Brontè" de G. Quispel

LES TEXTES DE NAG HAMMADI Colloque du Centre d'Histoire des Religions (Strasbourg, 23-25 octobre 1974), édité par JACQUES-É. MÉNARD, VOL. VII, Leiden, E. J. Brill, 1975, GILLES QUISPEL, “Jewish Gnosis and Mandean Gnosticism: Some Reflections on the Writing Brontè”, pp. 82 – 122.

G. Quispel, el gran estudioso holandés de los textos de Nag Hammadi, dedica este artículo al texto “El trueno, El Noûs perfecto” de la colección de textos de Nag Hammadi (VI, pp. 13 – 21). El nombre “tebrontè” o mejor “nebrontè” del tratado, tal como también se podría leer, coincide con el nombre de la divinidad femenina de la que hablan mandeos y maniqueos. En este texto, Sofía se introduce a sí misma, como el principio y el fin, como la prostituta y la santa. No se trata de un texto cristiano, ni tampoco tipicamente gnóstico. Se trata de un texto judío, del más puro estilo sapiencial, tal como justifica Quispel.

En el texto, la Sabiduría aparece como la esposa del Dios de Israel, y la madre y protectora de los sabios. El estilo de la obra está fuertemente influenciado por la aretalogía de Isis, al igual que el libro de la Sabiduría que forma parte del canon griego del Antiguo Testamento. Esto le permite al autor establecer ciertas semejanzas entre la diosa egipcia Isis y la Sabiduría de los sabios de Isreal, en este caso, los sabios pertenecientes a la Diáspora de Alejandría. En estas obras alejandrinas la Sabiduría aparece como una hipóstasis, que unas veces juega ante su Señor (Prov. 8: 22 – 31), o que dispone de una casa con siete columnas (Prov. 9: 1). Esta hipóstasis de la Sabiduría la vincula con la divinidad femenina de los mandeos: Rûhâ dQudsa, y le permite reconstruir una tradición judía, rechazada por los talmudistas, en la que Dios tenía su esposa: Sofía, tal como testimonia Filón de Alejandría. Existía en Samaría un culto a la esposa divina de Dios, Anat Jahu, también documentado en Egipto. El nombre que los griegos daban a Jahu era el de Iao, nombre citado a menudo en textos gnósticos y papiros de magia.
Una cuestión que preocupa al autor sobre manera es la relativa a la prostitución de Sofía, de la cual solo se pueden encontrar antecedentes en las diosas sirias y caldeas, Ishtar y Astarté, así como en los mitos sincréticos helenísticos, que identificaban a Sofía con Helena de Troya. Esto acerca a la Sofía judía al concepto gnóstico de Sofía, el eón caído, que tan bien se representaba en la gnosis pre-cristiana de Simón el Mago.
Este artículo nos introduce en los antecedentes que permitieron la construcción del mito en torno a la hipóstasis gnóstica de Sofía, un eón caído, por culpa de su deseo de procreación al margen del orden al que pertenecía, en definitiva, como una prostituta divina, de la cual se encuentran algunos antecedentes en las antiguas religiones de Oriente medio. Pero tal vez lo más inquietante del tema sean esos extraños vínculos sincréticos entre la Sabiduría de ciertas corrientes judías, la Isis greco-egipcia y el eón Sofía de los gnósticos, cuyo lugar de encuentro es sin duda Alejandría.

Juan Almirall

1 comentario:

Anónimo dijo...

SSSSStupendo