domingo, 20 de noviembre de 2011

LA LENGUA SAGRADA DEL CRISTIANISMO, por Juan Almirall

Todas las religiones tienen una lengua sagrada: el Judaísmo tiene el hebreo, el Islam el árabe, el Hinduísmo el sánscrito... Una lengua sagrada es una lengua divina, por medio de la cual Dios habla a los hombres, y todas estas religiones tienen sus libros sagrados escritos en esa misma lengua sagrada. La pregunta pues que corresponde hacernos como cristianos, es ¿cuál es nuestra lengua sagrada, con qué lengua habló Dios a los hombres y les dio su mensaje? Ni el latín, ni el hebreo o el arameo son las lenguas del Cristianismo, sino el griego!!! La revelación cristiana se denomina Evangelio (Eu-angelios, palabra griega que significa el buen mensaje), y da testimonio del Logos (la Palabra, en griego) de Dios Padre, y del espíritu del Cristo (Jristos, que significa el ungido o el rey). Mucho se ha especulado sobre la lengua original de Jesús, si el hebreo o el arameo, pero lo cierto es que fue llamado Cristo, es decir, llevaba un título griego y no hebreo. Pues el Cristianismo nace con una vocación universal, el Evangelio no es para unos pocos, no es para un pueblo escogido, sino para toda la humanidad, que en el Imperio oriental hablaba el griego.
Kaì hê alêtheia eleutherôsei hymâs (y la verdad os hará libres, Jn. 8, 32). ¿Libres de qué o de quién? Jesucristo dijo estas palabras en el Templo de Jerusalén a los judíos que allí se reunían para escuchar la Ley y los Profetas, y asistir a las ceremonias sacerdotales que se celebraban. Este mensaje resonó por todo el mundo, y fue recogido en griego por las divinas escrituras. Ciertamente, el griego era la lengua oriental del Imperio Romano, donde se encontraba Palestina, sin embargo, en el Evangelio de Juan hay una intención que va más allá del uso de una lengua popular: se utiliza la lengua de los filósofos.
Juan comienza su Evangelio con estas palabras: "En arjê ên ho lógos", en el "principio" (arjê) estaba el lógos (la palabra-razón). Ambas palabras son de una gran trascendencia en el vocabulario filosófico: el arjê es una constante en toda la Filosofía, de hecho la Filosofía nace como una respuesta a la pregunta por el arjê. Tales de Mileto pensó que el principio era el agua, otros filósofos pensaron que fueron otras cosas: el aire, el aperion (lo indeterminado), etc. Y el primer filósofo que da un salto hacia la racionalidad del mundo es Heráclito, cuando concibe en el origen al lógos. El lógos de Heráclito, una especie de orden sustancial del mundo, será el principio rector de todas las cosas para la Escuela de los Estoicos. El estoicismo influyó enormemente en la escuela de rabinos o maestros judíos por excelencia: los fariseos. Y en época de Juan el Evangelista, vemos surgir una corriente ecléctica de pensamiento, que conjuga conceptos platónicos, aristotélicos y estoicos. Filón de Alejandría será un gran filósofo y teólogo judío, que se adhiere a este pensamiento ecléctico.
Los distintos textos que conforman la revelación cristiana, el Evangelio, se escribieron en griego, a partir de unos treinta años aproximadamente, tras la muerte de Jesús. Se trata de una revelación cargada de gnosis (conocimiento), que aspira a mostrar la verdad, a amar la Sabiduría, sophia, divina, es una revelación filo Sophia, que muestra un Dios transcendente, por medio del lógos (la palabra, pero también la razón). "La Verdad, revelada por la gnosis del Espíritu de la Sabiduría os hará libres de la esclavitud del pecado de la ignorancia, la ignorancia de la Sabiduría Divina", así podríamos traducir la expresión de Jn 8,32.
Las circunstancias de la historia llevaron al Cristianismo a convertirse, además, en la religión oficial del Imperio, cuya capital ya no se encontraba en Roma, sino en Constantinopla. Son los emperadores de Constantinopla los que dan al Cristianismo el rango de religión oficial del Imperio. Y en Constantinopla no se hablaba latín, sino griego. El Emperador será el cabeza de la Iglesia y del Imperio Cristiano. Y la Iglesia estará organizada en obispados, dependientes de una metrópolis (o capital), gobernada por un obispo metropolitano o patriarca. En el siglo V la Iglesia tendrá cinco grandes Patriarcas: el más importante el Patriarca de Constantinopla, que hablaba griego, el Papa romano, el Patriarca de Jerusalén, que también hablaba griego y los dos Patriarcas de las metrópolis helenísticas más importantes: Alejandría y Antioquía, griegos también.
Pero como decimos, los avatares de la historia hicieron que los patriarcados fueran absorbidos por los Imperios Árabe y Otomano, de manera que el poder de los cuatro Patriarcas fue desapareciendo, al mismo tiempo que el poder del Patriarcado Romano resurgía en el nuevo Imperio Carolingio.
A continuación, se muestra un vídeo del discurso en griego del actual Patriarca Ecuménico de Constantinopla, S.S. Bartolomé I, en su sede patriarcal de Estambul, donde todavía conserva el griego como lengua litúrgica y explicando al actual Papa de Roma, S.S. Benedicto XVI, la importancia de la liturgia ortodoxa (que es en griego y cantada!!).


"EL NACIMIENTO DE LA TEOLOGÍA: LA REVOLUCIÓN DE PLATÓN" JUAN ALMIRALL

¿Qué es la Teología? El primero que utiliza esta palabra es Aristóteles, el discípulo de Platón, y la utiliza para llamar a una nueva ciencia, la ciencia del "Ser en cuanto es". Se trata, por tanto, de una ciencia, es decir, un discurso racional, y su objeto es el Ser, un nuevo dios no incluido en la lista de los dioses olímpicos griegos, un dios filosófico. La palabra Teología está formada por la palabra griega "theos" (dios) y "logia" (discurso), es por tanto un discurso racional sobre dios, una ciencia sobre dios. Pues bien, esta ciencia fue inventada por Aristóteles. Sin embargo, fue Platón quien puso las bases para la misma.
La obra de Platón, compuesta por diversos diálogos y cartas, recoge muchas de las ideas que relevantes filósofos anteriores habían desarrollado en sus obras escritas y enseñanzas. Vemos rastros de Anaxágoras, con su teoría del Intelecto demiurgo, de Parménides con su teoría del Ser, el todo fluye de Heráclito, la concepción del alma de los pitagóricos, y sobre todo, la dialéctica moral de su querido maestro Sócrates.
Platón vivió a caballo entre el siglo V y IV, y asistió a la decadencia del Imperio Ateniense, tras las Guerras del Peloponeso. En Atenas se había producido una importante revolución cultural, que mostraba el optimismo de una comunidad poderosa y floreciente, pero en tiempos de Platón, esto ya no es así. La comunidad ateniense se refugia en sus tradiciones más ancestrales, que denotan la ruina moral y material de la Atenas imperial. Estos acontecimientos pudieron llevar a Platón a un cambio de rumbo, de la ética individualista que proponía su maestro Sócrates, a una metafísica teológica, que critica duramente los mitos tradicionales, donde los dioses aparecen movidos por su egoísmo y sus pasiones, y revisa todos los principios religiosos. De esta revisión saldrán los dioses celestes, la religión astral, donde se divinizan a los planetas y se pone al Sol en el centro de todos ellos. La realidad da un salto a la trascendencia, y las Ideas se colocan en el origen de toda realidad, el Ser se despliega en un gran número de Ideas, que son los referentes espirituales de todo lo que fluye en el mundo sensible. En el Banquete Platón nos explica que el verdadero ascenso del alma se produce cuando ella accede a los Inteligibles, impulsada por el Eros, una pasión demoníaca, el alma asciende de las cosas visibles hasta las invisibles, y en la cima del éxtasis contempla las Ideas, la Belleza en sí.
La religión astral, de los dioses celestes, perfectos y luminosos, será el fundamento de la revolución teológica que se inicia con Platón, y que terminará con la Teología cosmológica del Cristianismo. Los mitos homéricos, donde los dioses luchan entre ellos y actúan movidos por bajas pasiones, cederán paso a una nueva religión intelectualizada, donde los Astros se encontrarán en el centro de la actividad religiosa, unos dioses que se mueven siempre de forma ordenada y pura, describiendo el movimiento más perfecto, el movimiento circular. La intelectualización de la religión se dejará notar más tarde en el Cristianismo, la religión de un solo dios, el Ser, el Intelecto Paterno, y su hijo el Logos. Más tarde los dioses celestes se transformarán en las distintas jerarquías de la Mente Angélica.

Juan Almirall