domingo, 27 de enero de 2013

LAS EDADES DEL ALMA, por Juan Almirall



Joaquín de Fiore fue un monje de la orden cisterciense, que vivió en el siglo XII. Es un siglo de grandes innovaciones en toda Europa, que se ha llamado el Renacimiento Medieval. Uno de los hechos más destacables de esta época es el nacimiento de las Universidades catedralicias, para la educación de los monjes en Teología, Derecho y Filosofía Natural (la obra de Aristóteles y su principal comentarista, Averroes). En esta época Joaquín de Fiore un monje poco ilustrado tiene una revelación en Palestina, que le dotará del don de profecía. Y su profecía más importante versa sobre las tres Edades de la Historia del Mundo:

1ª Edad del Padre, es la edad del Antiguo Testamento, donde Dios se revela a sí mismo directamente a los profetas, y les explica sus mandatos, es una época dominada por el temor de Dios y el castigo eterno.

2ª Edad del Hijo, es la edad del Nuevo Testamento, la época de la fe en el Hijo que revela al Padre, como un Dios de Amor, y que expresa la idea más transformadora de la Historia: "La verdad os hará libres". La verdad rápidamente se asoció a la ciencia, al conocimiento, lo que provocó la revolución del siglo XII, donde la Filosofía Natural de Aristóteles chocó frontalmente con la Teología, sobretodo, inspirada en el Antiguo Testamento. Aristóteles mantenía la eternidad del Mundo, mientras que el Génesis hablaba de Creación, unos siglos más tarde Copérnico lanzará la teoría heliocentrista que revolucionará la ciencia y transformará la visión del Mundo.

3ª Edad del Espíritu Santo, esta será la nueva revelación de Joaquín de Fiore, que advirtió cambios importantes en la manera de ver el mundo. En el siglo XII las Universidades catedralicias eran eminentemente monásticas, la vida del monje era el paradigma para esta nueva etapa de la Humanidad. La ciencia, la Sabiduría se revelaba a sí misma a aquel que estudiaba el Texto Sagrado, Teología, pero que también estudiaba la obra de Aristóteles y de los Filosofos, ya que así conocía a Dios a través del Mundo, su Creación. Dios había creado el mundo gracias a su potestad creadora y lo regulaba gracias a la potestad gobernadora, de manera que en el Mundo debían encontrarse las claves de la Sabiduría Divina, en las "signatura rerum", las huellas del creador en las cosas. En esta época se mantiene la discusión sobre los "universales", es decir, los arquetipos "inteligibles" de todas las cosas, una reminiscencia de las Ideas de Platón. Pues estos Universales se encontraban en la Mente Divina como arquetipos de la Creación.

Estos Universales que se encontraban en la Mente Divina eran revelados al teólogo-filósofo a través de la conexión con la mente angélica. Nueve Jerarquías de Ángeles, según la clasificación de Dionisio Areopagita, separaban al ser humano de la Mente Divina, los Serafines, Querubines y Tronos, el rango de los Inflamados estaban en contacto directo con Dios, y de Él recibían su Sabiduría que la transmitían a los rangos inferiores, primero a las Dominaciones, Virtudes y Potestades, y éstos, lo hacían a su vez a los Principados, Arcángeles y Ángeles. El ser humano que quería conocer la Verdad Divina tenía que poner su intelecto en disposición de conocer, para permitir a los Ángeles revelar dicho conocimiento, y transmitir los Universales, tal como los habían conocido a través de la Jerarquía.

Pero este sistema tradicional de conocimiento entra en crisis en el siglo XIII, raíz de la disputa sobre los Universales. En primer lugar, Tomás de Aquino afirmará que no hay dos o tres intelectos, como pensaban los antiguos, sino solamente uno, escribe una obra sobre la unidad del intelecto en la que explica que el conocimiento se produce en la propia mente. Poco tiempo después el filósofo franciscano Guillermo de Ockham mantendrá que no existen los universales, sino que son meros nombres o conceptos mentales. En el siglo XIII se produce un hecho sorprendente: ¡el intelecto se interioriza!

Veamos ahora las tres épocas joaquinistas desde otro punto de vista:

1ª la Edad del Padre, es la época del pensamiento mítico, donde los dioses se encuentran fuera, como espíritus superiores, influyen desde afuera al alma humana. Estos dioses míticos son pasiones y facultades anímicas externalizadas, por ejemplo, el amor sensual: Afrodita, la ira: Ares, la inteligencia: Atenea, la habilidad: Hermes, la sensibilidad artística: Apolo y sus Musas, el remordimiento por el parricidio: las Erinias, etc. Y entre los judíos, el guía único, patrón y protector del pueblo de Israel: Yavhé-Jehová.

2ª Edad del Hijo: las pasiones se interiorizan, el alma humana se hace responsable de sus facultades y pasiones anímicas, nace el sentimiento de pecado, y se establece un único Dios: el Intelecto. El Dios de los teólogos griegos y medievales tiene todos los atributos del Intelecto, y es más, es considerado como tal, Dios padre es el Noûs, dice Filón de Alejandría y Orígenes, el padre de la teología cristiana, y el Lógos, la Palabra es su Hijo. Desaparecen los dioses anímicos y se entroniza al Dios intelecto y a su Hijo, la Palabra, que se escucha a través de los Ángeles, mensajeros de la divinidad.

3ª Edad del Espíritu Santo: ésta es la época advertida por Joaquín de Fiore, una nueva época que comienza a tomar forma en el siglo XIII, a partir de la tesis tomista de la unidad del intelecto y el nominalismo de Ockham. En el siglo XVI, se publicará la obra póstuma de Nicolas Copérnico "De revolutionibus orbium coelestium", que traslada el Sol al centro del sistema, desbarata la tesis de las Jerarquías y Órdenes de la Mente Angélica, y pone a la Tierra en movimiento, Giordano Bruno predicará la infinitud del Universo y Spinoza que terminará divinizando a la materia: "Deus sive Natura". El alma humana será también responsable de su propia vida mental, que le conducirá hacia el desarrollo como individuo y la idea de conciencia de sí.

miércoles, 23 de enero de 2013

La Orden del Templo de la Rosacruz, por Phileas del Montesexto

Phileas del Montesexto es autor del libro "El Peregrino Rosacruz". Donde explica la historia de la Orden del Templo de la Rosacruz, una orden rosicruciana creada en el seno de la Sociedad Teosófica. Transcribimos unas conversaciones mantenidas con el autor sobre el tema e incluímos algunas fotografías sobre la OTRC:

Mientras que en América Max Heindel fundaba la Fraternidad Rosacruz, en Londres nacía la “Orden del Templo de la Rosacruz” (1912), una iniciativa teosófica propiciada por la arquitecta norteamericana Mary Russak, apoyada inicialmente por Annie Besant (presidenta de la Sociedad Teosófica) y James Wedgwood (obispo de la Iglesia Católica Liberal), todos ellos miembros de la Orden co-masónica.
Bajo el lema de “Lux Veritatis”, la OTRC organizó una estructura iniciática con tres grados de progresión, similares a los de la Masonería: Neófito, Peregrino y Maestro, aunque pocos años después de su fundación Russak propició la aceptación del sistema de nueve grados concebido por la Rosacruz de Oro y adoptado por la Golden Dawn inglesa: Zelator, Theoricus, Practicus, Philosophus, Adeptus Minor, Adeptus Major, Adeptus Exemptis, Magister Templi y Magus. 

La organización estudiaba y practicaba la magia ceremonial, seguramente por influencia de la Golden Dawn, y estaba dedicada a la investigación “de los Misterios, Rosacrucismo, Cábala, Astrología, Masonería, Simbolismo, Ceremonial Cristiano, Tradiciones Místicas y Ocultas del Occidente”, confiando en que tal obra “sirva de preliminar para la restauración de los Misterios desaparecidos de Europa con la decadencia de Roma”. (23)
En la revista “Sophia” de junio de 1912 se informaba que “el Consejo de la Orden se halla compuesto por 12 Hermanos profundamente interesados en todo lo que se refiere al Ocultismo Ceremonial y Misterios Arcaicos, y que esperan formar un instrumento útil, bajo la inspiración del Maestro Rákóczi, para resucitar los Antiguos Misterios y preparar la llegada del Maestro del Mundo”. (24)
Aunque su vida fue bastante efímera (de 1912 a 1918), la OTRC tuvo una buena acogida en los círculos teosóficos y co-masónicos. Además del Templo Supremo de Londres, se fundaron grandes templos en la India (Adyar), en Escocia (Edimburgo), en Estados Unidos (Krotona) y en Holanda (La Haya), con núcleos establecidos también en Francia, Bélgica y Noruega. 
Los rituales de la OTRC fueron escritos por Marie Russak y Annie Besant, las cuales decían inspirarse en ciertas indicaciones brindadas metafísicamente por el Conde de Saint Germain. Una de las características de este ritual era el encendido de velas por cada uno de los Instructores Mundiales: Vyasa, Hermes (Thoth), Zoroastro, Orfeo, Buddha, Krishna y Cristo.

El caos ocasionado en Europa por la Primera Guerra Mundial interrumpió el trabajo de la Orden y éste ya no pudo ser restituido, más que nada por la férrea oposición de Charles Leadbeater a esta iniciativa (25). Antes de la disolución, Annie Besant prometió a Marie Russak que “la actividad rosacruz de la OTRC volverá a florecer cuando los tiempos sean propicios”, aunque estos nunca llegaron, pues en los años siguientes la Sociedad Teosófica se concentró de lleno en proclamar a Krishnamurti como el nuevo mesías y en potenciar otras organizaciones auxiliares como la Iglesia Católica Liberal, la Co-masonería y la Orden de la Estrella, así como la implementación de un ritual más “abierto” a todos, creado por Jinarajadasa y conocido como el “Ritual de la Estrella Mística”.
Desilusionada del poco apoyo obtenido en el seno de la Sociedad Teosófica, Russak contactó en California con Harvey Spencer Lewis, que en esos días estaba estableciendo los cimientos de la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis (AMORC) y juntó fuerzas con él para la elaboración de los rituales y las prácticas internas de esta nueva organización. Las fotografías que se conservan del templo de la OTRC nos muestran una decoración egipcia (la cual era bastante novedoso en los ámbitos ritualísticos rosacruces), donde aparecen elementos relacionados con la Orden de la Estrella y retratos de los Mahatmas (particularmente Rákóczi y Maitreya).
Aunque la Orden AMORC oficialmente nunca admitió una participación activa de Russak, sí podemos encontrar muchas coincidencias y varias referencias positivas sobre ella en las publicaciones de la Orden: “Marie Russak (…) está interesada en la verdadera Orden [y es una persona] justa, honesta y veraz”. (26) Por otro lado, las múltiples referencias que hace la Orden AMORC sobre Kout-Houmi, (un Mahatma de la tradición transhimaláyica) como “hierofante de la Rosacruz” no parecen concordar demasiado con el origen europeo de la organización asegurado por su fundador Harvey Spencer Lewis, por lo cual podríamos suponer que la fuente de esta conexión haya sido la propia Marie Russak, la cual había estado en contacto previamente con el Maestro K.H.
La primera guerra y la influencia nefasta de Leadbeater (que quería manejar todo lo ritual dentro de la ST) llevó a la OTRC a su disolución, hacia 1918. Incluso existió otro ritual rosicruciano en la línea de la ST, en el que participó el hijo de Besant, pero de eso sí que no hay información. Por cierto, la agrupación fundada tras la disolución de la OTRC se llamó "Corona Fellowship of Rosicrucians".


Fotografías de un Templo de la OTRC y del llamado Ritual de Crotona, procedentes del Archivo de Salamanca: